El Aire es una enfermedad causada por una corriente de aire o por ponerse a la sombra de árboles frescos, como la higuera con el cuerpo caliente, sudado.
El mal aire, puede generar parálisis en los brazos, piernas y todo el cuerpo, siendo la más frecuente llagas en los labios (y también conocido como fuego salvaje), y torcedura de boca (labios).
Muchos problemas de contracturas o dolores musculares pueden tener origen en mal aire. Para curarlo no solo ayuda pasarse azufre en la zona (si hay aire este revienta) sino que también podemos utilizar sanaciones populares que nuestros ancestros nos dejaron de legado y que dichas con fe son muy sanadoras. Aqui te comparto una que yo aprendí para asistir en estos casos.
Oración
” Yo te santiguo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén (persignándose). A continuación, la santiguadora pregunta: “Qué te corto? (dice al enfermo), y el enfermo responde. “Mal aire”. “eso mismo te corto yo”. Y haciendo la señal de la cruz en la espalda del enfermo, continúa.
“No te corto con cuchillo ni con hierro martillado, que te corto con la palabra de Dios y del Espíritu Santo. Señor mío, Jesucristo, treinta y tres años por el mundo anduviste, a María Magdalena perdonaste, a nuestro Padre Lázaro resucitaste, así como esto es verdad, te doy gracias por el bien de quitar el mal a esta criatura. Lo cogerás y lo tirarás a lo más honde del mar, que ni a ésta ni a mí ni a otra criatura le haga mal. Jesús, Jesús, Jesús, Amén.”
“Si te entró por la cabeza, Santa Teresa, por la frente, San Vicente, por la nariz, San Luis, por la boca, Santa Mónica, por la garganta, San Gregorio, por el corazón, la Purísima Concepción, por la barriga, la Virgen María, por los pies, San Andrés, en el cuerpo entero, Jesucristo verdadero, Amén.”
Este rezado se repite dos veces más con un Credo al final de cada rezado.
“Estos tres Credos y esto que tengo rezado se los ofrezco a Jesús Sacramentado, así como Jesús entró en Belén, en el cuerpo de (…) (se dice el nombre del enfermo), salga el mal y entre el bien, y si esto no basta, bastará la gracia de Dios, que es grande. Jesús, Jesús, Jesús, Amén”.
Se reza tres seguidos.
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